¿Es tan buena la IA para creación de contenido escrito?

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Las IA y la escritura creativa

Se están colocando demasiadas expectativas positivas en la inteligencia artificial para la escritura pero esto, como bien lo señala el periodista del Financial Times, Luis Gonzalí, puede convertirse en la próxima pompa de jabón por estallar.

 

Con la IA hay muchas posibilidades de que se repita la historia de la famosa burbuja puntocom que sacudió a los mercados internacionales hace poco más de veinte años (entre 1997 y 2001). Que de pronto algo que parece sumamente prometedor haga ¡plop!

 

¿Recuerdas, amable lector, cuando las empresas de internet en la bolsa sobrevaloradas que en ese entonces prometían cambiar la economía, “hacerte grande rápido” y convertirse en el siguiente eslabón evolutivo de las transacciones comerciales en línea, de pronto languidecieron, quebraron o comenzaron a desaparecer o a ser absorbidas por grandes corporativos?

¿Qué esperar del futuro?

El futurólogo Roy Amara (1925-1957) a propósito de lo anterior acuñó un silogismo que viene al caso: “en el corto plazo solemos esperar demasiado de los avances tecnológicos, y, en cambio, a la larga, los subestimamos”.

 

Es verdad, la IA viene evolucionando desde hace años atrás y continuará haciéndolo gradualmente hasta llegar a niveles de ciencia ficción. Pero, si aprendimos de los errores del pasado podemos concluir que algo que parece tan rentable de pronto puede sorprendernos con el temido “crash”.

En lo referente a los problemas de escritura que supuestamente la IA puede resolver es donde debería haber más escepticismo (por el momento). Inventar historias, pensar slogans, dirigir campañas, fantasear comerciales, argumentar ensayos, describir productos con encanto, explayar novelas, pergeñar guiones, elaborar parrillas, etcétera, esto sigue siendo una actividad esencialmente humana que requiere no solo de información (e internet la tiene ad infinitum), sino de conocimiento.

 

Hay muchísima especulación, y, en este contexto, una inteligencia artificial sería como subirse a un taxi conducido por Siri para atravesar las caóticas arterias de la ciudad de México en horas pico. O bien, como entregarle un ensayo copy-paste al profesor en turno.

 

La habilidad de escritura necesita tanto de conocimiento como de información. Es decir:  sopesar datos, crear estilos, experimentar en carne propia un producto o servicio, comprender a la audiencia, aprender de los errores, rectificar, actualizar, comparar, asimilar información, discriminar las noticias falsas, privilegiar. E incluso algo de intuición, esa cualidad que viene un poco de la memoria y otro poco del corazón.

 

Volvamos al ejemplo puntocom. Es cierto, al final las ventas por  internet se impusieron y cerró el circuito de la prometida revolución cibernética de la web pero no en el momento ni en la forma en la que lo planteaban; tuvieron que darse varios procesos, algunos muy traumáticos, para que esto se diera.

 

Un auxiliar

Rebobinemos, “en el corto plazo solemos esperar demasiado de los avances tecnológicos, y, en cambio, a la larga, los subestimamos”. La inteligencia artificial en el largo plazo sin duda nos seguirá sorprendiendo con prodigios tecnológicos pero de momento es un asistente que en buena hora llegó para auxiliarnos en diversas tareas.

 

Cuando alguien promete un negocio demasiado bueno para ser cierto paremos nuestras orejas, puede que estemos frente a una posible burbuja aumentando su tamaño y a punto de estallar.

Fuentes

Gonzalí, L. (2023) “La burbuja que sigue” Financial Times/Milenio.

https://www.milenio.com/opinion/luis-gonzali/columna-luis-gonzali/la-burbuja-que-sigue

Redacció (2010) “El día que la burbuja ‘puntocom’ pichó”. El País.

https://elpais.com/economia/2010/03/10/actualidad/1268209975_850215.html

 

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